He hecho un poco de investigación sobre las mentiras y me tope con casualidad con San Agustín. Él clasifica las mentiras en 8 grande grupos: las mentiras de la religión, las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie, las mentiras que hacen daño pero ayudan a alguien, las mentiras se dice solo por el hecho de querer mentir, las mentiras para complacer a los demás, las mentiras que no dañan a nadie y ayudan a alguien, las mentiras que pueden salvar la vida de alguien y las mentiras que ni hacen daño y que protegen la pureza de alguien.
Esta clasificación me parece bastante interesante. Según San Agustín hay algunas mentiras que no son malas del todo ya que pueden ayudar e incluso salvar la vida de alguien. Otras sin embargo son malas solo por el hecho de que no ayudan a nadie. Están clasificadas de acuerdo a sus función, osea, mientras ayuden a alguien son admisibles hasta cierto punto. Creo que esto es bastante cierto ya que hasta nosotros mismos pensamos en los beneficios que obtendremos al decir las mentiras. Medimos los riesgos que pueda tener nuestra mentira y si sus riesgos son muy altos, tal vez, consideremos decir la verdad.
Si pudiéramos poner en un balanza costo-beneficio las cosas antes de decirlas nos sentiríamos mejor con nosotros mismos y sin un peso de encima.
De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientes.
Jules Renard (1864-1910) Escritor y dramaturgo francés.

No hay comentarios:
Publicar un comentario